En la novela de artes marciales «El retorno del héroe», Ha-yun, un estudiante de posgrado posee el cuerpo de Cho Yun, y, bajo la creencia de que los niños merecen ser protegidos, adoptó al jefe final de la historia original, Seomun Cheon-oh, el futuro líder del Culto Demoníaco. En ese momento, se sintió aliviado de poder torcer el curso de la historia original y ahora criarlo bien y enviarlo a la sociedad. «Quiero arrancarles la cabeza». ¡¿Es esto realmente lo que significa ser un artista marcial?! ¡¿Si experimentas la extinción, incluso un niño soñará inevitablemente con la venganza?! Las palabras que salían de la boca de un niño de siete años eran más que crueles, y como adulto, pensó que debía detenerlo… «Haz lo que quieras. Crea la técnica de artes marciales más brutal del mundo o busca venganza con ella». No pasa nada. El cuerpo que ha sido entrenado en las artes marciales a menudo se niega a escuchar las palabras y en su lugar responde con palabras solemnes. Los ojos de los discípulos siempre se ponen en blanco cuando se trata de las tareas del maestro. Además, el espíritu vengativo ya no busca venganza, sino que se ha obsesionado con Cho Yun y no quiere separarse de él en absoluto.
